Hace unos días paseando por las orillas del río Ladra, afluente del Miño en la provincia de Lugo, vi nadando en sus aguas a una nutria. Fue impresionante poder observarla en vivo. Es bonito sentirse acompañado en el planeta por esos seres que, a veces, parece que existen sólo en las fotografías de los libros o en la televisión porque permanecen escondidos a los ojos humanos.
La emoción fue mayúscula como me ocurre cada vez que puedo observar un animal en libertad. He tenido la suerte de cruzar mi camino con corzos, tejones, halcones ratoneros que en Galicia llamamos “miñatos”, cárabos (cuyo sonido durante las noches que paso en el Caurel arrullan mis sueños), lechozas que me han dado más de un susto cruzándose de pronto ante el coche), garzas, buitres, águilas reales, ambas aves majestuosas donde las haya, serpientes, mantis religiosas gigantes, o a mí me lo parecieron…
En otras ocasiones uno se queda a las puertas de tropezarse con algún animal pero sólo ve sus huellas, bien sean pisadas, deposiciones y egagrópilas, sonidos como el del pico picapinos o el del cuco que oigo cada primavera, un olor como el inconfundible del jabalí... Habrá que seguir probando suerte.
Aunque ella no lo va a leer le envío un mensaje a la nutria del río Ladra: "Querida amiga, me alegro mucho de haberte conocido, de haber visto lo bonita que eres y espero que nos volvamos a encontrar pronto..."
¡Cuidemos nuestra naturaleza! ¡Ella nos hace más ricos!
Fotografias preciosas y un educante blog que nos hace estar en contacto con nuestra naturaleza.
ResponderEliminarFelicidades Sonia. Un abrazo desde CODASTE.
Gabi