Se trata de viviendas estrechas que destacan por el colorido y contrastes de sus fachadas, todas ellas sencillas pero encantadoras.
Artesanía marinera |
Hórreo
En una villa marinera no pueden faltar los gatos de los vecinos:
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En la parte Norte del barrio existieron dos castillos. Hoy nos queda como recuerdo, la batería del Castillo de Fontán que se construyó en el siglo XVIII para proteger las industrias de la villa: salazones de sardina y la fábrica de textiles que surtía de telas y cordeles a la Armada Real, recibiendo grandes privilegios por parte del rey Carlos II.
A su lado queda un lugar cargado de leyendas de túneles y riquezas: a Cova D´anca, a los pies de la foto.
El barrio de Fontán merece un paseo detenido. Pasar sus calles peatonales, además de gozar de las vistas sobre el puerto y la ría, son un ejercicio de acercamiento a nuestro barrios gremiales tradicionales, a nuestra historia y un relax para nuestros, a veces, castigados sentidos.
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